martes, 6 de junio de 2017

Llegar.

Para Ari, porque yo también sé lo que es llegar.

Sé que es duro y será complicado,
que las despedidas duelen
y la impotencia de estar lejos de los tuyos
sin ser capaz de cambiarlo
es de los peores sentimientos.
Sé que te sentirás extraña,
soñarás despierta,
llorarás en silencio justo antes de dormir
y no querrás ayuda ni consejos de nadie.
Sé que sabrás lo que es soledad,
lo que es rechazo
y lo duro que es sentir que no alcanzas nunca el punto
de ser una más.
Sé que tienes ganas,
pero tratarán de derrumbarte;
que sueñas alto,
pero te harán volar bajo;
que no entenderás,
que te decepcionarán,
que querrás tirar todo por la borda,
que sentirás que no ha valido la pena.
Pero, en ir y venir soy experta, 
y créeme: siempre la vale.
Sé que la vida es hermosa, 
pero también puede ser muy perra,
que no todo sale siempre según lo planeado,
que no siempre
depende
de ti.
Sé que te caerás,
que tropezarás,
pero nunca,
(y lee bien)
nunca,
perderás.
Porque las personas como tú,
las de alma fuerte,
unas veces ganan
y otras aprenden.
Y también sé que cuando esto pase,
en los días en los que te toque aprender
a poner luz en un mundo negro,
yo seré tu apoyo,
tu abrigo, 
tu hogar.
Sé lo dificil que es marcharse
y lo imposible que es llegar.
Por eso quiero que sepas
que allá dónde esté yo
tendrás con quién contar.
Que allá dónde estés tú,
te iré a buscar,
y estaré ahí.
Sin nada que pedir, 
a veces sin nada que dar,
pero ahí.
Que no seré capaz de matar a todos los gigantes
que intenten pisarte,
pero,
desde luego, 
te ayudaré a hacer fuerza para evitar el pisotón,
hasta que se rindan.
Porque lo haría con cualquiera,
pero esta vez es diferente.
Por primera vez,
siento que la sangre tira...
y quiero ser familia.

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