En lo malo,
en lo bueno,
en lo difícil,
en lo certero.
En lo imposible
que haces posible,
cuando aterrizo
y cuando vuelo.
En lo predecible,
lo tangible,
lo invisible
y lo nuevo.
En tus palabras,
en lo que entrego,
cuando mi ser
es tu reflejo.
En la locura,
la cordura,
lo complicado
y lo pequeño.
Lo sorprendente,
lo impresionante,
lo que no acepto
y lo que sueño.
En tus planes,
cuando me niego,
cuando me alejo
y cuando me acerco.
En lo oscuro,
en lo incierto,
los días tristes
y los que celebro.
En la amistad,
en el amor,
en las calles
y en los encuentros.
Lo que digo,
lo que canto,
en lo que escribo
y lo que no cuento.
En los errores,
los fracasos,
mis éxitos
y mis miedos.
Cuando no siento,
cuando no escucho,
cuando me evado
y cuando no puedo.
Mis adicciones,
lo que me llena,
setenta perdones,
siete comienzos.
En lo que vendrá,
lo que se ha ido,
lo que sucede
y lo que me invento.
En cada risa,
en cada llanto,
en lo que quieres
y en lo que quiero,
En cada gracias
que te he gritado
por llamarme
si no te encuentro.
En las horas que pasan
los días que acaban
los que elijo perderme
y no permanezco.
En los que te miro
y sigues ahí
pues no te has ido
en ningún momento.
En todo esto
es que te siento,
hoy vivo por dentro
y te lo agradezco.
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