Siempre fui de irme
y, de repente,
aquí me quedo.
Con las dudas,
los miedos,
los altos,
los bajos,
los días de mierda
y los que no paro de sonreír.
Con la incertidumbre
del futuro
y la seguridad del presente.
Me quedo.
Arriesgando las costuras
a tener que coserme de nuevo.
Pensándolo mucho
para no pensarlo más.
Por alguna razón,
esta vez no huyo.
Y dentro una voz grita
que tenga cuidado.
Que me vaya.
Pero no me responden
los pies
esta vez.
Y,
contra todo pronóstico,
siento
que saldrá bien.
Y que,
en medio del agujero
donde me hundo yo sola,
montaría un puto circo
con tal de hacerte reír.
Con tal de verte
[reír]
conmigo.
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