Acabo de volver a sentir
cómo los ojos me brillaban.
Desde el día que te conocí
nadie que no fueras tú
había provocado ni un destello.
Se siente raro en las pupilas.
Acostumbrada al color
de tus destellos,
eléctrico,
fuerte,
llamativo...
este es como una inyección
de oxígeno.
Y me ayuda,
eso de respirar,
me ayuda.
Poder relajar el pecho,
coger aire
y ver cómo siempre,
pase lo que pase,
hay un nuevo punto de salida
y se puede volver a empezar.
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