miércoles, 27 de octubre de 2021

Me la has liado.

No sé

qué me has hecho.

Soy 

eso que dije 

no ser.

Veo partes de mí

que dije 

no tener.

Siento 

lo que dije

no ser capaz de sentir.


Todo era miedo.

A no ser suficiente.

A perder.

A hacerme daño.

A no saber cuidar de nadie.


Hace años,

murió algo

dentro,

en mi pecho.

Perdí la capacidad

de dejarme querer.

Aseguré que nunca más

dependería de nadie

y,

sobre todo,

que nadie dependería de mí.

Ni un mínimo.

Ni el poquito

que codependes de alguien

que ha tomado

la decisión de quererte.


Pero dejé de ser cobarde

cuando apareciste tú.


Me la has liado

y me la has liado parda.


Me dio miedo el primer beso,

me dio miedo desnudarme

(incluso sin hablar de ropa),

me dio miedo el primer te quiero

y me dio miedo la primera vez

que sentí que era alguien para ti.


Todo fue miedo.

Una vez más.


Y ahí,

en medio del miedo,

te brillaron los ojos

y sonreíste

(sin saber muy bien por qué).

Y en ese momento

yo,

por ti,

me hice valiente

otra vez.

martes, 12 de octubre de 2021

Llovizna.

Prometí no volver a escribirle a nadie

pero hay personas que,

en mente de poeta,

sin querer

se hacen poesía.

Y no soy nadie

para tirar las palabras.


Y llevas creando versos

en mi cabeza

más tiempo del que puedo admitir.


No fue instantáneo

como el primer relámpago de una tormenta,

ni fugaz,

como una estrella en noche despejada.


No fuiste ni tormenta,

ni calma.

Fuiste una noche de lluvia tenue,

la que te cala los huesos.

La que no parece tan buena noche

pero, 

a medida que pasan las horas,

no quieres dejar de escuchar

el sonido de las gotas tocando en tu cristal.


Así fuiste. 

Y me encanta la lluvia,

pero me enseñaste que no siempre

tiene que venir con una tormenta.

Que no siempre necesito calma

cuando por dentro exploto.

Necesito las melodías del agua.


Qué suerte que llovieras.

Y que me guste como suenas.

viernes, 1 de octubre de 2021

Luz.

Lo que nunca encuentro
cuando miro
pero no observo.

Un amanecer de otoño
que te da escalofríos
pero te hace sentir
cada rayo de sol
despertando la piel.

La última fila del cine
que te permite ver
la pantalla completa.

Respirar aire puro,
correr por el bosque,
dejar huella en el barro,
olor a anís cerca del río.

Como hacer una bomba de humo
en una fiesta de mierda.
Escapar de lo de siempre
e inventar algo nuevo.

Una canción de jazz
de un grupo que nadie conoce,
una sonrisa tonta
al girar la cara.

Me dicen que cuente de ti
y podría describirte
con cada uno de estos versos.

O también puedo decir
que eres capaz de hacer
que una habitación entera
se llene de claridad
con la persiana bajada.

Y hay que tener mucha luz dentro
para comerse de esa forma la oscuridad.