miércoles, 27 de octubre de 2021

Me la has liado.

No sé

qué me has hecho.

Soy 

eso que dije 

no ser.

Veo partes de mí

que dije 

no tener.

Siento 

lo que dije

no ser capaz de sentir.


Todo era miedo.

A no ser suficiente.

A perder.

A hacerme daño.

A no saber cuidar de nadie.


Hace años,

murió algo

dentro,

en mi pecho.

Perdí la capacidad

de dejarme querer.

Aseguré que nunca más

dependería de nadie

y,

sobre todo,

que nadie dependería de mí.

Ni un mínimo.

Ni el poquito

que codependes de alguien

que ha tomado

la decisión de quererte.


Pero dejé de ser cobarde

cuando apareciste tú.


Me la has liado

y me la has liado parda.


Me dio miedo el primer beso,

me dio miedo desnudarme

(incluso sin hablar de ropa),

me dio miedo el primer te quiero

y me dio miedo la primera vez

que sentí que era alguien para ti.


Todo fue miedo.

Una vez más.


Y ahí,

en medio del miedo,

te brillaron los ojos

y sonreíste

(sin saber muy bien por qué).

Y en ese momento

yo,

por ti,

me hice valiente

otra vez.

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