No sé a dónde va la vida
pero va.
Que me proteja la naturaleza
que bastante le he ofrecido.
Dejé mi ego
y mi orgullo
a la sombra de una palmera.
Encendí un incienso de paz
y prometí dar un poco de guerra.
No se a dónde
pero voy.
Todavía ando,
que no es poco.
Me acompaña esta libreta,
un par de fotos
y un "quérote"
que suena a casa.
Y sólo espero que el universo
me cuide.
Que le dejé de pedir señales
porque ahora ya las veo.
Tengo la vista más clara
que nunca.
La tormenta tiene ahora que ser calma
en tiempos en que la calma es tormenta.
Y no sé a dónde
pero estoy yendo.
Apurando entre la gente,
solitaria sin quererlo,
profunda cuando siento
porque así me hicieron.
Y prometí no ser eso
pero no puedo ser más
que un puzzle de lo que me ha pasado.
Y qué bien si,
hasta lo malo,
ha sido lo mejor.
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