miércoles, 29 de abril de 2020

Sempre con nós.

Nós,
cando marchamos
deste mundo,
non volvemos á terra
porque nunca fomos parte da terra.

Nós pertencemos ao mar,
fundímonos co mar,
convertímonos en salitre.

A nosa forza,
pola que pagamos aluguer ás ondas,
volve a bater con forza contra as rochas
cando volvemos ao mar.
A calma dos nosos ollos
luce de novo nas augas mansas.

Cando nos vamos...
nunca nos vamos de todo.

Sempre que alguén mira ao mar,
as lembranzas daquelas que se foron,
cobran vida ao seguir o rastro da escuma.

Por iso,
aínda que xa partiches,
estarás
sempre con nós.

miércoles, 22 de abril de 2020

Recomponerme.

Estoy
completamente
rota.

No hay más.

Rota.

Ni siquiera es que esté deshecha,
o desordenada,
o descolocada.

No.

Estoy rota.

Y llevo mucho tiempo diciéndome deshecha,
o desordenada,
o descolocada.

Pero estoy rota.
Hace tiempo ya que me rompí
y todos me tratan aún
como si estuviese entera.
Yo también me trato
como si estuviese entera.

Y hoy admito
que no lo estoy.
Me rompí dentro de mi dureza,
supongo que ni siquiera un diamante
es indestructible.

Me creía indestructible.

Me sentí sola
en medio de todos mis pedazos
días
y días.
Tantos que,
aunque los marcase en la pared,
me cansaría antes de acabar de contarlos.

Hoy descubro que estoy rota
porque algo dentro grita,
por primera vez,
que quiere dejar de estarlo.

Dicen que quién soporta
lo peor de ti
es quién merece después
tu mejor versión.
Lo siento
si no estoy sabiendo dártela.

Repito:
estoy completamente rota.

Pero juro que eres la primera persona
en mucho tiempo
que me está haciendo desear
con todas mis fuerzas
recomponerme.

viernes, 17 de abril de 2020

Electrónica básica.

Tengo el corazón apagado.
O fuera de cobertura.
Cubierto de hielo,
hace tiempo que no siento mucho.
Demasiada sangre
para tan poco bombeo.

Siento en el pecho inhibidores de frecuencia
que no dejan a mi sistema funcionar.
Tampoco encuentro motivos
ni verdades.
¿Dónde está la garantía del tiempo perdido?
Que me ha dejado algo rota.

A ver si pongo modo avión
al alma
y despego.


miércoles, 15 de abril de 2020

Quiero.

Quiero abarcarlo todo.

Quiero poder estar aquí
y allí,
y si tal también en el otro lado.

Si me necesitas
quiero estar,
quizás porque no estuve
y se me necesitó...

No soy de tropezar
dos veces
con la misma piedra.

Quiero, quiero, quiero.
Pero no siempre puedo.

Quiero porque siento
que debo.
Pero no quiero ni debo
sentirme así.

¿Y por qué no soy capaz?
Si tengo las ganas
y el tiempo.
Quizás no.
Quizás es lo que me falta:
el tiempo.

O simplemente no sé.
A veces no está mal
eso de no saber.
O no depende de mí.
Sí.
Quizás sea eso.

No todo depende de mí.
Y menos mal.

No tengo superpoderes.
Y menos mal.

viernes, 10 de abril de 2020

Futuro.

No veo la hora
de sentir,
de abrazar,
de entenderte
más de cerca.

Ver el problema
para que desaparezca,
soñar,
crear
universos nuevos
contigo.

Se me acaban
las excusas
y el día.
No sé qué decir.
Tonterías como siempre.

No sé de dónde saliste
ni por qué
no te había visto antes
entre tanta multitud
con lo que brillas.

Pero no veo la hora
de borrar heridas,
de saberme convencida,
de llorar de risa
mientras hablamos
de la infinitud del universo
en cualquier madrugada.

Que veo futuro en ti
y estoy harta del presente.

martes, 7 de abril de 2020

Chabolas.

En medio de la desesperanza
allí todavía reinaba la alegría.

Su universo particular
en el que sólo entrabas
con invitación.

Las risas se entrelazaban
y bromeaban con que
podría ser la última vez
que lo hiciesen.

Todas las personas
se volvían una
en caso
de necesidad.

Protegidas por los espíritus
bailaban todas las melenas
al son de unas palmas
que hacían sonar las arrugas.

Y sonreían
porque no hay mayor regalo
que dejar de cuidar la espalda de una misma
para cuidar la de otro.

Y ese día,
en medio de abril,
sabía de repente a Navidad.

lunes, 6 de abril de 2020

Paráfrasis.

Fuiste la persona
que me enseñó a quererme
porque me quisiste siempre más
de lo que yo era capaz
de quererme a mí misma.

Y aprendí a quererte
hasta que se nos acaben los atardeceres.
Supongo que es nuestro sinónimo
de un para siempre.

Nunca sabes qué decir, 
te dedicas a improvisar,
como cuando no teníamos ni idea
de cómo expresarnos
para decir lo que ambos sabíamos.
Qué jóvenes e ingenuos.
Ahora nos creemos más sabios, 
pero no sé si lo seremos,
o eso dices tú.

Dices que te parece bonito.
A mí también.
No con todas las personas 
fluye el tiempo.
Con ninguna se me olvida su paso,
pero a veces contigo sí.

Siempre hacemos planes de futuro
porque se nos queda pequeño el presente
y nos reímos del pasado.
A ver cuando...
Cuando quieras. 
Siempre cuando quieras.
Aunque pase el tiempo,
aunque haya distancia,
aunque no nos entendamos.
Dices que por encima de eso
siempre estará la luz que compartimos.
Yo también lo creo.

Yo te entiendo,
aunque no te entiendas ni tú
la mitad de las veces.
Si al final por eso te quiero,
porque eres extraordinario.

Pero me enseñaste que hay cosas
que no cambian nunca.
Me dijiste que, 
con paciencia
y tiempo,
algo frágil 
también puede ser eterno.

Y podría hacerte un poema
que saliese de mi puño y letra,
en vez de parafrasearte,
porque siempre me quejo
de que ya no escribes sobre mí.
Pero sería muy mítico
y tú me recuerdas una y otra vez
que no somos de cosas míticas,
que somos más del Rey León 3
que del Rey León original.

Que no es un día especial,
ni nada,
porque eso sería muy mítico,
pero hoy vi el día de tu cumpleaños
en una fecha de caducidad
de un yogur.
Y pensé que hay días que,
desde luego,
sólo están hechos para cosas buenas.
Porque ese día Harry mató a Voldemort
y,
además,
naciste tú.