sábado, 27 de junio de 2020

730.

No dejan de venir recuerdos,
inventándonos
Camalls Mullats en Valencia,
corriendo por la estación en Madrid.

Riéndonos de los Reyes Magos
que cada año son más absurdos...
cada vez que veo un disfraz
de esos muy feos
en las cabalgatas,
me giro a ver si tú también piensas
que es completamente ridículo.
Pero no estás.

Tenías ese don 
para sacar lo bueno
de cada persona.
Dicen que yo también lo tengo,
pero en mi caso no es un don:
yo lo aprendí de ti.

Te contaría si pudiese
que cada vez me agobia más la vida.
No entiendo por qué te fuiste.
No entiendo por qué así.
No entiendo por qué en ese momento.

Y de no entender 
me quedaron heridas
que estoy empezando a sanar.
Alguien me está enseñando a frenar,
a ir con paciencia,
como hacías tú.
Te caería bien.

No me reconocerías
durante estos años.
Me quedé fría cuando escuché
a nuestro amigo llorar al otro lado del teléfono
sin poder articular palabra.
No volví a ser la misma.
No volví a despertar.
Me pongo nerviosa
y ya no soy valiente.
No paro de darle vueltas a todo.
No tengo nada claro.
No me reconocerías.

Me volví distante.
Desde fuera parece lo mismo,
pero dentro subí barreras.
No confío.
No quiero querer.
No quiero sentir.
No quiero volver a perder a alguien
como te perdí a ti.

Perdona,
porque fallé a aquella promesa
de asientos de un tren.
"Recuerda quién eres".
No lo sé aún.
Te prometí averiguarlo
pero me he vuelto algo
mucho menos yo.

Si casi desde siempre fui contigo.
Y hoy no.
Hace 730 días
que no.
Te siento como el primero,
pero ahora
en mi mente
dueles menos
y sonríes más...
así sonrío yo también.



martes, 16 de junio de 2020

III: Autocontrol

Un barco 
en una tormenta
no se hunde porque el agua
le golpee.

Para que un barco se hunda,
el agua,
salvaje,
tiene que entrar dentro.

No siempre es sencillo
mantener el barco a flote.
No es sencillo mantener
el agua fuera.

El agua salpica
y va entrando
por muy fuerte
que sea el barco.

¿Qué puede hacer mi barco
contra tus palabras de sal?

Hundirse o arder.

Siéntate bien que pareces no sé qué.
Otra vez de chándal, podías vestirte un poco más mona.
Qué guapa vas hoy, a saber para quién te pusiste así.
Tus amigas todas andan con chicos...
¿y tú no tienes novio?
Con esos modales a ver quién te quiere.
¿Cómo le dices eso? Va a pensar que estás loca.
Tía, hazte la difícil.
A los tíos no les molan las cosas fáciles.
Si no te lo tiras, no va a seguir quedando contigo.
Ya va siendo hora de que tengas algo serio.
Hace que pasa de ti porque le gustas.
Si se celó es que le importas.
Es un tío, no quiere rayadas ni te va a contar su vida.
Tú que opinas de amor 
si nunca estuviste saliendo con nadie.
Las relaciones son así, 
al final es normal que no tengas tiempo para nada.
Nosotros pensamos así. 
Queremos dos cañas. 
Ya sé que quieres ir, 
pero lo mejor para los dos es que no vayamos. 
Soy su novio. 
La verdad es que estamos muy felices, 
¿no nos ves?

Yo hace tiempo que no soy feliz.
No,
no nos veo.

Lucho por controlar los agujeros.
Que no entre el agua.

O que arda ya el puto barco,
que antes de que me entre agua contaminada,
prefiero quemarlo.
Al menos así, 
el humo advertirá
de la desgracia.
Y que no vuelva a pasar.


II: Autolesión.

No te quiero
más
aquí.
¿Por qué sigues
aquí?

No te he echado.
Cierto.
¿Por qué no te eché?
Si no te quiero aquí.

Tengo miedo.
Mejor quédate.

Ya lo sé.
No es para tanto.
Es una tontería.
Soy una exagerada.

Hoy no me apetece.
He dicho que no me apetece.
Para.

Tienes razón.
Quizás me calma los nervios.
Soy una histérica.

Otra vez lo mismo.
Ha estado bien.

No ha estado bien.
Nunca está bien.
Porque no estoy bien.

Tengo miedo.
No te vayas.
Gracias por verme.

Sí.
Menos mal que me aguantas.
A veces se me va la olla.
Muchas veces, es cierto.
Como dices tú,
ya bastante tienes conmigo.

Hoy me veo guapa.
Me han dicho que parezco fuerte.
¿Soy fuerte?
Soy fuerte.
Quizás no estoy tan loca.
A veces... sólo siento.
Está bien sentir.
Todo lo que siento está bien.
Me voy de aquí.
No me gusta sentirme así.

No te necesito.
¿Y si no encuentro a nadie más?
Igual esto es lo que merezco.
No soy para tanto.
Dijiste que nadie haría por mí
lo que haces tú.
No soy tan importante.
Contigo soy mejor.
Contigo soy.
Sin ti...

Me quitaste
las ganas
de ser.

Ahora sólo soy cobarde.

Tengo miedo.
Abrázame.
Si no tienes nada
más importante
que hacer.

I: Autoengaño.

Pensé
durante mucho tiempo
que necesitaba a alguien
que me completase.

Decía buscar un compañero
sin haberme planteado
una compañera
(aunque fuese
para comprobar
que no la quería)
y sin saber,
siquiera,
que acompañar significa
ir al lado.

Yo no buscaba,
aún queriendo,
un compañero.
Buscaba un príncipe
de cuento.

Del que te salva
sin preguntar si necesitas
ser salvada.
Del que mata por ti,
porque quiere que te quedes
y te cierra las puertas del castillo
para que estés protegida.

Buscaba un príncipe
con el que no me hiciesen falta
cielos claros
porque ya él tenía lo azul.

Compañero.
Permíteme la carcajada.

Eso decía.
Pero buscaba alguien
que me opacara.
Alguien tan increíble
que me hiciese sombra.
Si,
total,
yo no valía tanto.

Un chico guapo,
un... "caballero",
de esos que quedan bien
en el perfil de Instagram.

Buscaba una fecha de aniversario
que poner
en las fotos
para sentir
que era parte de algo.
Para sentir que era de alguien.
Porque no me sentía mía.
Porque no quería ser mía.
Porque no quería
ser
yo.

sábado, 6 de junio de 2020

Ave de borrasca.

No sé querer.

Me cuesta.

Todo el mundo dice
que quiero de más,
y yo sólo siento
que está de más querer
para querer como quiero yo.

Me cuesta.

Me cuesta mucho.

Me convenzo a mí misma
de que quiero que cese la tormenta,
pero soy un ave de borrasca.

Tal vez sea eso.

No sé vivir fuera de la tormenta.

No sé lo que es la calma.
Nunca lo supe.

La calma me abruma.
El silencio me incomoda.
La bondad me asusta.
Lo fácil me hace desconfiar.

Lo siento.

No sé vivir en paz.
Nunca pude.

Y ahora quiero,
pero no sé hacerlo.

Ojalá me acompañes
y me enseñes.
Ojalá no te vayas
mientras aprendo.

Pero tampoco te voy a culpar
si lo haces.

Quién quiere mojarse
si puede ir por el soportal.
Quién quiere nubes...
si hay cielos mucho más azules.