No dejan de venir recuerdos,
inventándonos
Camalls Mullats en Valencia,
corriendo por la estación en Madrid.
Riéndonos de los Reyes Magos
que cada año son más absurdos...
cada vez que veo un disfraz
de esos muy feos
en las cabalgatas,
me giro a ver si tú también piensas
que es completamente ridículo.
Pero no estás.
Tenías ese don
para sacar lo bueno
de cada persona.
Dicen que yo también lo tengo,
pero en mi caso no es un don:
yo lo aprendí de ti.
Te contaría si pudiese
que cada vez me agobia más la vida.
No entiendo por qué te fuiste.
No entiendo por qué así.
No entiendo por qué en ese momento.
Y de no entender
me quedaron heridas
que estoy empezando a sanar.
Alguien me está enseñando a frenar,
a ir con paciencia,
como hacías tú.
Te caería bien.
No me reconocerías
durante estos años.
Me quedé fría cuando escuché
a nuestro amigo llorar al otro lado del teléfono
sin poder articular palabra.
No volví a ser la misma.
No volví a despertar.
Me pongo nerviosa
y ya no soy valiente.
No paro de darle vueltas a todo.
No tengo nada claro.
No me reconocerías.
Me volví distante.
Desde fuera parece lo mismo,
pero dentro subí barreras.
No confío.
No quiero querer.
No quiero sentir.
No quiero volver a perder a alguien
como te perdí a ti.
Perdona,
porque fallé a aquella promesa
de asientos de un tren.
"Recuerda quién eres".
No lo sé aún.
Te prometí averiguarlo
pero me he vuelto algo
mucho menos yo.
Si casi desde siempre fui contigo.
Y hoy no.
Hace 730 días
que no.
Te siento como el primero,
pero ahora
en mi mente
dueles menos
y sonríes más...
así sonrío yo también.
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