Estoy harta de preguntas
de mierda.
No me vuelvas a preguntar
qué tal estoy
si sabes que bien,
pero mal
cada vez que preguntas.
No me preguntes
si te necesito
porque sabes que sí
pero me fuerzo
a que no.
No me preguntes nada,
no me preguntes
por otro
porque lo hay.
Y no te va a gustar.
No preguntes,
mejor,
como te estoy olvidando
porque no lo estoy haciendo
pero parecerá que sí,
buscando en otra boca
lo que no encontré en la tuya.
Y juro
que no
te va a gustar.
Así que,
si tienes dudas,
ahórrate las preguntas.
Porque habrá más,
alguno que me haga olvidarte
y no necesitar a nadie...
y quizás deje de estar mal
cuando escuche tu voz.
Y cuando llegue ese momento,
digas lo que digas,
vas a desear
no haber preguntado.
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