sábado, 28 de octubre de 2023

Sueños

Habría muerto
antes de admitirlo,
pero soñaba con que algún día
me sorprendieses
con un anillo en la mano
y me lo pusieras en el dedo
diciendo que querías pasar
el resto de tu vida a mi vera.

Sabía a ciencia cierta
que llegaría tarde a la boda,
con un vestido de todo menos tradicional.
Con un moño despeinado,
el maquillaje estropeado
y descalza por no aguantar los tacones.

Podía verte sonreír, 
esperándome. 
Con tus chicos a tu lado,
tu pajarita estampada,
y llorando nada más verme.
Podía sentir el beso
con el que me dirías sí,
podía escuchar el vals,
que te negarías mil veces a bailar,
pero acabarías cediendo.

Tenía en mente nuestra familia.
Dos niños correteando,
seríamos como la película. 
Sabrían defenderse, encontrarse,
perderse, quererse, alejarse
y, sobre todo, serían felices.
Porque tendrían amor.
Como siempre tuvimos nosotros.

Pero a veces la razón se equivoca.
¿Y ahora qué hago con las certezas?
¿A dónde tiro los planes y las promesas?

Puede que muera un poco
al admitirlo
pero no quiero olvidar
nuestro futuro.
No quiero crear otro,
regrabarlo por encima
borrar lo que pudo ser.

domingo, 8 de mayo de 2022

Pequeñita.

Cuando tengo miedo

me hago pequeñita.

Durmiendo,

dicen que tiemblo.

Me encojo mucho

como para protegerme,

intento no llorar

para parecer fuerte.

Y, tan grande como soy,

me hago muy pequeñita.

Tú me miras

y sonríes.

Para ti,

incluso cuando me siento

tan pequeñita,

yo soy enorme.

En tu cabeza

me podría comer el mundo.

Así que,

cuando me hago pequeñita,

tú me abrazas

y entre los dos

hacemos un bulto más grande.

Y dejo de sentirme pequeñita,

y te noto apoyado en mi espalda,

y agarro tus brazos fuerte

como si me fuera a romper

si me soltases.

Qué suerte,

pienso,

que me sostenga.

Porque soy pequeñita,

y puedo romperme.

Y,

además,

así juntos,

parecemos más grandes.

De hecho,

juraría que somos más grandes.


viernes, 21 de enero de 2022

Teletransporte.

Te miro y me teletransporto.

Al día que me rompieron

en mil pedazos

para decirles

que se jodan,

porque vuelvo a estar entera.

Al día en que lloré

mirándome al espejo

porque pensaba

que nadie me iba a querer

para decirme

que ya me quiere alguien

y ese alguien soy yo.

Al día que salí corriendo

de mi casa

y casi no podía respirar

para decirle

a quién no supo estar

que ya no le necesito,

porque querer

es cuidar

y no me cuidaron.

Me teletransporto

a algún día

de los que me dormí llorando,

preguntándome si valía la pena

cada uno de los esfuerzos

que hice para luchar por mis objetivos

para decirme que sí la vale,

que ya hemos llegado a alguna meta

y el resto está cerca.

Al día en que me pregunté

si algún día

podría ser feliz,

(fruto del día que se alejaron

haciéndome creer

que algo en mí

no estaba bien)

para decirles 

que se han perdido

todo lo que podía darles,

y vaya si estaba bien.

Te miro y me teletransporto

a cada día de mierda,

a cada bache del camino,

a cada vez que me encontré conmigo

y me tragué el orgullo

para decirme "cambia de rumbo".

Y doy gracias

por cada uno de esos tropiezos.

Porque al llegar en ti,

veo que todo el camino

ha sido un acierto.

Y hoy gracias a ti,

me siento fuerte,

y me vuelvo a sonreír

cuando me miro a mí.


lunes, 10 de enero de 2022

Como Noah y Allie.

Desde que era una cría

soñaba con encontrar

ese amor de Noah y Allie

que te hace aspirar a más.

Me gustaba esa expresión,

aspirar a más.

Porque yo siempre 

aspiré a más.

Nunca me fue suficiente

llegar a ninguna meta.

El cielo se me quedaba corto.

Siempre quise ir más arriba.

Y me gustaba la idea

de que alguien algún día

me quitara un poco del peso

de mi autoexigencia

y me hiciese aspirar a más,

pero esta vez no por mí.

Desde que era una cría,

soñaba con un amor así.

Como el que tenemos tú y yo.

Con que alguien 

me mirase a los ojos

y me dijese

que va a luchar por mí.

Que hay días mejores

y días peores

pero los quiere todos conmigo.

Y es que lo nuestro

se hace poesía solo.

Y me hace aspirar a más.

Porque contigo

soy la mejor versión de mí.

Y me gusta que me quieras,

pero me gusta más 

cuando te quieres a ti.

Y si, aún queriéndote,

me quieres a mí,

es que yo también soy parte

de la mejor versión de ti.

Por eso

y hasta que nos cansemos

de tanto cuidarnos,

que ojalá que sea nunca,

quiero vivir mi vida a tu lado.

Y que cada día

inventemos un nuevo tipo de amor

y rime mejor que el anterior.

miércoles, 15 de diciembre de 2021

Trenes.

Quería tirar todo por la borda
y ni siquiera tenía
ni puta idea
de qué iba a decir.

Hace un tiempo
acudiría a ti
a preguntarte 
qué hacer.
O a tomarme una cerveza,
decirte "vaya mierda",
soltarte todo
y esperar a que tú,
entre risas,
me dieses el último consejo
que querría escuchar.

En ese momento,
sólo pensé en ti.
Qué opinarías de él,
qué pensarías
de cómo actúo a su alrededor...
si creerías que he hecho,
por fin,
una buena elección.

Te reirías
si lo conocieses.
Siempre dijiste
que acabaría con alguien así.
Sólo tú acertaste.
Aunque hace tres años
empecé a aceptar 
que nunca estarías
para verlo.

¿Qué dirías tú?
En ese momento pensé
y encontré la respuesta.
Dirías que hiciese una lista
de pros y contras.
Empecé a hacerla en mi cabeza.
No seguí.
Porque dirías que, 
una vez hecha,
si ganaban los pros
y no quería seguir,
ignoraría la lista.
O si los contras eran más
y mis ganas también,
podrían las ganas.
Que siempre me decías:
"si total,
haces siempre lo que quieres".

Así que me limite a romper la lista
antes de acabarla.
Y pensé que
ojalá siguieses aquí
para poder ver su mirada
y saber que estoy en buenas manos
antes de irte otra vez.

Y ahí,
amigo,
me di cuenta
de que si estuvieses aquí
me dirías,
como siempre me has dicho
con las oportunidades de la vida,
que hay trenes 
que sólo pasan una vez.
Como pasaste tú, fugaz.

Por eso, 
acto seguido 
rompí el silencio,
me lancé a las vías
y me agarré al último vagón.

Conocerte.

Me gusta conocerte,

cada día un poco más.

Y ver cómo voy sabiendo

cómo funcionas

en cada momento.

Dónde están los interruptores

para hacerte reír,

o para calmarte,

o para que te vuelvas loco.

Porque sé que, si digo

algo feo aunque sea en broma,

te enfurruñas

y pones carita de pena

para que te diga algo bonito.

Que cuando te rozo

te entran las cosquillas

y me pides por favor

que no te deje en evidencia.

Porque sé que 

cuando te ríes de verdad,

abres un poco la boca

y asientes con la cabeza.

Y también que,

a veces,

no sonríes así

porque la sonrisa es falsa

y es sólo porque sabes

que verte sonreír me hace sonreír a mí.

Sé que te gusta ir con tiempo,

que cada cosa esté en su lugar,

que con mi caos desordeno todo

y eso te pone nervioso.

Pero también que,

cuando me miras,

y observas el desorden,

sólo niegas con la cabeza,

sonríes para ti mismo,

y te preguntas por qué tuve que ser yo.

Y yo no sé por qué tuve que ser yo,

ni por qué tuviste que ser tú.

Pero cuanto más te descubro,

más quiero explorarte.

Y quiero que sigas siendo tú,

hasta que tenga claro

el por qué de cada uno de tus gestos.

martes, 23 de noviembre de 2021

Mentiría.

Mentiría si te dijera

que podría pasar cien días sin hablarte

y no estaría pensando en ti 

cada puto minuto de los cien días.


Mentiría si te dijera

que no tengo mil cosas más importantes que hacer,

que atender,

que vivir,

que soñar,

y que no las cambiaría todas

por hacerte sonreír.


Mentiría si te dijera

que todo sigue igual

a lo que era antes de ti,

que no ha cambiado nada,

que soy la misma,

que percibo lo mismo,

que siento de la misma forma.


Mentiría si te dijera

que quiero seguir caminando sola,

que serás alguien pasajero

y que te puedo olvidar.


Pero

(no sé si es suerte o desgracia)

yo no sé mentir.

Y por eso hoy te digo

que te quiero siempre en mi vida,

a la que le has dado la vuelta.

Y que,

con tal de hacerte sonreír,

te dejaría escritos cien poemas

por cada día que estuviese lejos de ti.