Que queden tus melodías sonando
aunque nadie escuche.
El mundo dando vueltas
y cada uno
cambiándolo por su lado.
Que quede mi voz vibrando
y un escalofrío en la cadera.
Los pies fríos
sabiendo que con ellos no se piensa bien,
como dice la canción.
Que quede la luz apagada
y la ropa empapada.
si tan fácil es darme la espalda,
la mía quede
marcada en tu colchón.
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