miércoles, 30 de diciembre de 2020

Yo también.

Últimamente,
mi momento favorito
del día,
está siendo
escucharte cada noche.

Cansada,
dormida,
harta,
enfadada,
triste...

Da igual cómo 
me deje el mundo,
que tú le das la vuelta.

Tu risa es medicina.

"Nos vemos en unos días"

"Ojalá estuvieras aquí"

"Hoy pensé mucho en ti"

Todo me cura.

Y a todo lo que callas
porque me voy a burlar,
todo lo que no dices
por si es demasiado decir...

A todo eso te respondo
que yo también.
Mucho.

Y que gracias
por salvarme el corazón.

miércoles, 23 de diciembre de 2020

Mi mayor victoria.

 Si mi yo del pasado

pudiese verme hoy...

Si mi yo del pasado

viniese al futuro

me abrazaría.

Si mi yo del pasado

viese a dónde he llegado...

Si pudiese ver los pasos

que he dado,

me daría las gracias

por no olvidarme de ella,

por no guardar en un cajón

sus sueños.

Me miraría orgullosa

por no haberme rendido

ninguna de las veces

que la vida me ha dado patadas.

Si se enterara

de quiénes han dejado de latir,

si supiese que fui capaz

de seguir sin ellos...

Si mi yo del pasado

me conociese,

querría ser como yo

y esa es,

seguramente,

mi mayor victoria.

sábado, 19 de diciembre de 2020

Frenos.

Juro que nunca quise confundirte,
disculpa las molestias
y el malentendido.

Nunca quise lastimarte,
lo siento por adelantado,
por si mañana,
o algún día,
sin querer
te rompo el corazón.

Me quiero quedar
muchas noches
contigo.
Porque viste mi caos
y no intentaste arreglarlo.
Lo abrazaste.

Qué bonito verte reír a carcajadas.
Qué bonito escuchar un "te quiero" de tu boca.
Qué bonito cuando te quedas mirando y frenas.

Yo siempre tan acelerada.
Y contigo freno.

martes, 8 de diciembre de 2020

Fin.

Tengo tanto que decir aún
y tú tienes pocas ganas de escuchar.

No te pido ni que pidas el perdón
que yo voy a pedir.
Ni me des las gracias
que yo te di mil veces
y te volvería a dar.
No pido
ni una palabra
si no la quieres decir.
Sólo pedía prestados
tus oídos
por un rato.

Pero entendí
que una conversación
se puede dar sin palabras.
Y tu parte
se resume
en que siempre
te dio todo igual.
Y ahora no iba a ser diferente.

Ojalá quieras a alguien
la mitad de lo que te quise yo
y eso te haga
la mitad de feliz que me hizo a mí.
Ojalá algún día sonrías
al acercarte a una boca.
Ojalá te despiertes
y no puedas parar de mirarla
y digas:
"es ella".
Ojalá te lances al vacío
sin pensar en el impacto,
y ojalá te salga bien. 
Ojalá sientas tan fuerte
como yo sentí
y a ti te funcione.
Ojalá te pase 
lo que no te pasó conmigo.

Y ojalá no vuelvas a cometer el mismo error
de no atreverte a sentir.
Porque vendrá otra mejor que yo
que quizás no te espere.
Vendrá otra mejor que yo
y la verás volar delante de tus ojos,
y quizás algún día llores por ella,
como yo lloré por ti.
Y, ese día, 
desearás haber arriesgado todo.

He encontrado calor
en otra piel.
He vuelto a sonreír
con sólo sentir una mirada.
He conseguido
recomponerme
con mucho amor.
Pero no te voy a olvidar.
Ni te olvidé ayer,
ni te olvidaré mañana.
Pero al menos hoy
sé que esto es el fin.
Porque hay quién merece mis ganas
y no las tiene.
Y tú las tenías todas
pero nunca creíste merecerlas.

Y por eso acabo aquí
con esta historia.
Que fue bonita,
mientras duró.
Y ya no quiero
que dure más.
Hoy te dejo atrás.

sábado, 28 de noviembre de 2020

Disfruto de ti.

Disfruto de ti.

Porque sabes hacer

de la vida un juego.

Porque te ríes

cuando me río

y te extraña

no verme reír.

Sé que disfruto de ti

porque te resulta raro

no verme feliz.

Disfruto de ti

porque no me siento menos,

porque no tengo miedo

a decir lo que siento,

lo que pienso,

lo que soy.

Disfruto de ti

porque no me hace falta

nada más que los 5 minutos

que sacas de cualquier parte

para venir a decirme al oído

que 5 minutos no te llegan a nada.

Disfruto de ti,

de tu desastre,

de estar sólo disfrutando,

de lo fugaz,

de tus ganas,

de tu locura.

Disfruto porque eres tú,

sin complejos

y sin vergüenza.

Eres un sinvergüenza.

Pero yo no nací

para la decencia.



















miércoles, 25 de noviembre de 2020

Más de lo que pensaba.

No pensé

que podría sentirme traidora

sin fallar ni a una sola de mis palabras.

Que me agarraría fuerte

otra mano 

y notaría cómo si quemase.

Que al recibir otros besos

estos iban a saber amargos.

No pensé que te ibas a ir 

y te fuiste.

Y me quedé sin pensar.

No pensé que me rozaría el pecho

un latido

que no fuese el tuyo

nunca más.

Que te iba a seguir queriendo

incluso el día que estallase de rabia

al escuchar tu nombre.

No pensé que me costaría tanto

dejarte ir.

Yo que nunca me aferré a nada.

Soy de soltar.

Y no puedo.

Porque no pensé que llegaría

a quererte tanto

y hoy sé

que te quiero más

de lo que pensaba.


lunes, 9 de noviembre de 2020

Autocuidado.

Aunque algunas veces

necesite una tila para dormir.

Aunque tenga frío

bajo las sábanas.

Aunque estos días

no pueda abrazar

a todas las personas

que me gustaría.

Aunque sienta lejos

su risa,

aunque sólo les vea los ojos

si me las cruzo

al pasar.

Aunque nos pueda la desgana

y el miedo se quiera apoderar

de nuestros únicos minutos

de gloria.

Me tengo a mí.

Me vuelvo a sentir.

Y me basto.

miércoles, 28 de octubre de 2020

Cobarde.

A carcajadas.

Miro esos ojos azules
y siento paz.

La que nunca sentí
ni sentiré
contigo.

No paro de reír.
Me siento viva.

Como nunca me sentí
ni me sentiré
contigo.

Con él acabó hace tiempo
el amor
pero quedó la paz,
la vida,
quedó la locura.

Que no me dejaste sentir
ni quisiste sentir
conmigo.

Y ahí me doy cuenta
de que nunca
te atreverás a nada.

Porque sólo el cobarde
deja incertidumbre,
desgana,
cordura.

La cordura es de cobardes,
ahora te lo puedo decir.
La cordura es una mierda.
Quédate con ella.

domingo, 25 de octubre de 2020

No preguntes.

 Estoy harta de preguntas

de mierda.


No me vuelvas a preguntar

qué tal estoy

si sabes que bien,

pero mal

cada vez que preguntas.


No me preguntes

si te necesito

porque sabes que sí

pero me fuerzo 

a que no.


No me preguntes nada,

no me preguntes

por otro

porque lo hay.

Y no te va a gustar.


No preguntes, 

mejor,

como te estoy olvidando

porque no lo estoy haciendo

pero parecerá que sí,

buscando en otra boca

lo que no encontré en la tuya.

Y juro

que no

te va a gustar.


Así que,

si tienes dudas,

ahórrate las preguntas.

Porque habrá más,

alguno que me haga olvidarte

y no necesitar a nadie...

y quizás deje de estar mal

cuando escuche tu voz.

Y cuando llegue ese momento,

digas lo que digas,

vas a desear 

no haber preguntado.

miércoles, 14 de octubre de 2020

Último renglón.

Escribí muchas cosas
sobre ti,
sobre mí contigo,
sobre lo que sentí por ti,
sobre lo que te quiero,
lo que te quise,
lo que quería quererte a futuro.

Por primera vez
decidí quedarme.
Por primera vez
me sentí segura.
Por primera vez,
sabiendo que era un despropósito,
me propuse abrazar la calma.

Y ahora,
ante esta pantalla
blanca
que me pide escribir más,
siento que se acabaron
las primeras veces.

Que tengo que volver a ser yo:
yo independiente,
sin nadie más.
A volver a escribir sobre mí,
para mí,
sobre lo que me quiero,
lo que no me quise,
y lo que espero quererme a futuro.

Hoy escribo
el último renglón
de una carta que algún día vi
infinita.

El último renglón
que podría decirlo todo,
que podría dar las gracias,
decirte que todo lo vivido
no lo cambiaría,
que podría hablar de lo que aprendí,
de lo feliz que fui
y de que siempre sonreiré al recordarlo.

Pero no.

Dice 
sólo
adiós.

lunes, 12 de octubre de 2020

Promesas.

 En tu memoria

prometimos cuidarnos.

Hoy cuidé de ella.

Porque lo habrías hecho tú.

No creías en el cielo

pero sé que,

desde dónde quiera que estés,

moviste los hilos

para que yo estuviese allí.

Y la cuidé

porque lo habrías hecho tú.

También en tu memoria

cumplí mi promesa.

Te fuiste,

pero estás en nosotros.


viernes, 9 de octubre de 2020

¿Y yo qué soy?

Eres aire.

Se hace difícil respirar

en una sociedad tan contaminada.

Te miro

y eres aire.

Porque luchas.

Porque defiendes.

Porque te importa.

Eres aire fresco

en medio de un mundo de humos.


Eres tierra.

Pongo los pies en el suelo

si me aprietas la mano.

"Nere,

¿qué habíamos hablado?"

Y yo siento

la suela de mis zapatos

marcada en tierra firme.

Cuando todo se tambalea,

tú permaneces con fuerza

sin una sola grieta.


Eres agua.

Aprendiste a fluír.

Te cuesta a veces

solidificar las ideas.

Te vuelves hielo cuando te asustas.

Te haces vapor y desapareces

cuando no quieres

que te encuentren.

Brava como un tsunami

y libre como un río que corre.

Das esa paz

de quien mira su reflejo

en un lago cristalino

y comprueba que,

a pesar de todo,

sigue viva.


Y eres fuego.

Porque enciendes al resto

de una manera

que es sólo tuya.

Pones tu chispa

en cada corazón que tocas.

Quemas lo que duele

y reinventas sonrisas

a partir de las cenizas

de lo que ya no vale.


Podrías ser un elemento,

pero decidiste serlos todos.

Porque podías.

Porque si algo eres 

es capaz.

Capaz de incendiar el mundo,

capaz de salir a flote,

capaz de volar 

y capaz de aterrizar.

A veces se te olvida,

así que escribí esto

para que también

seas capaz de recordarlo.

sábado, 19 de septiembre de 2020

Silencios.

Llevo días escribiéndote

para soltar lo que siento

cuando no te puedo hablar 

y, ahora que puedo hablarte,

me quedo sin palabras.


Siempre tuve qué decir

y ahora me enredo en tus silencios.

Callo y deseo escucharte

sin decir absolutamente nada

por toda una eternidad.


Me gusta escucharte también cuando hablas.

Cuando cantas más alto de lo que piensas.

Cuando te quejas con voz de niño pequeño.

Cuando te ríes después de hacerme rabiar.


Las pequeñas cosas que han logrado

que yo cierre la boca

y calle.

Siempre hablé de más

para impresionar,

para sentirme segura,

para romper incomodidad,

para no escuchar lo que no quiero escuchar.

Y ahora callo.


Y te oigo,

y te escucho,

y me sorprendo a mí misma

amando,

de repente,

la calma.

miércoles, 16 de septiembre de 2020

Cerrojos.

Estoy buscando de nuevo
en un lugar dónde nunca encontré nada.

Descubro nuevos caminos,
quiero cerrar el paso al lugar
de dónde vengo.

Pero no puedo.

Y veo otros ojos
y quiero mirarlos
y sentir algo
y querer quedarme en ellos.

Y no quiero.
Es que no quiero quedarme.

Porque no me valen
los ojos que miré antes,
ni los que miro,
ni ninguno de los que podría mirar
a mi alrededor.

No me vale nada.
Nunca me había pasado
pero no
me vale
nada.

No sé por qué
te atravesaste
y juro
que no
buscaba nada
hasta que te vi
y desde entonces 
sólo te encuentro a ti.

Y hoy quiero cerrar la puerta.
Porque no me encuentras.
Porque no me buscas.
Y yo no quiero encontrarte más
sin buscarte.

Así que cierro
con llave
para no volver a salir
a chocarme contigo
en cualquier esquina.

Cuando está claro
que esos ojos
en los que me pierdo
ni siquiera
me van
a mirar.

martes, 15 de septiembre de 2020

Un buen día.

Hoy ha sido un buen día.

Por nada en especial.

Me apetecía contártelo.
Sin más.
Como siempre.
Por contarte algo.

Me desperté
medio contenta,
medio con ganas,
medio sin tristeza
en el cuerpo.

La otra mitad
ya la trabajaremos.

Pero ha sido un buen día.

No porque todo haya salido bien.
Pero porque tampoco ha salido mal.

Con calma.
Analizando.
Aceptando.
Y sobre todo,
dando.

Recibiendo sonrisas
de vuelta.

Todo vale la pena
si tienes a quién hacer feliz.

No todo ha salido bien,
pero ha sido un buen día.
Me he acordado de ti
y aún así no ha ido tan mal.

lunes, 14 de septiembre de 2020

3 a.m.

No puedo dormir.

Son las tres de la mañana

y me acechan mis demonios.


Estoy cansada

de agotarme mentalmente.


Ya

no

doy

más.


Intento hacerlo bien,

lo prometo.

Pero lo hago mal,

sin querer.


Al final del día,

todo lo hago mal.


Hago daño,

me hago daño,

no soy buena

para nadie.


No

puedo

más.


Por mucho que lo intente

me lloran los ojos,

me grita el silencio,

me late de más el pecho.


Y no puedo más.

Profecía autocumplida.

Me acostumbré
a tenerte cerca.

A no acostarme sin oír tu voz.

Me acostumbré a ganar
cuando nunca quise
acostumbrarme.

Lo dije desde el principio.

Porque todo acaba,
porque siempre pierdo.

Porque no sé ganar
y otra vez me quedé atrás.

Ya lo sabía...
y me acostumbré.

domingo, 13 de septiembre de 2020

Buenas noches (II).

No pensaba escribir

una continuación

a este completo desacierto

de escribirte

cuando no me lees.


Pero hoy compruebo

aquello que dije

del querer.


Que es estar

en los silencios

y querer que todo

vaya bien

cuando se separan los caminos.


Porque ojalá hoy

también sean buenas noches

sabiendo 

que no son conmigo.


Es la mínima paz

que creo que mereces.

sábado, 12 de septiembre de 2020

Aunque así sea.

Aunque no te vea,
aunque no me escuches,
aunque no parezca
que estoy.

Aunque lea entre líneas
tus mensajes tímidos,
pero no responda.

Aunque te despiertes
y me eches de menos,
pero no tengas valor
para llamarme.

Aunque tus ojos 
estén tristes
y te preguntes
cómo estarán los míos
porque no lo puedes
siquiera
comprobar.

Aunque pasen horas
y yo no me digne
a dar señales
y tú sientas
un te quiero 
en la garganta
que se quiere
escapar.

Aunque no te vea,
aunque no me escuches,
aunque el tiempo marque
con óxido tu voluntad.

Aunque no sepas si merece la pena.

Aunque creas,
de hecho,
que no.

Aunque todo vaya en contra...
cuenta conmigo.
Aunque me vaya,
nunca me voy.

martes, 8 de septiembre de 2020

No te vas.

El sol quiere esconderse.

Supongo que yo también.

Mis miedos hablan
y hacen que yo esté callada.

"No te alejes de mí"
pienso.
Pero no puedo pedirte eso.

De hecho,
hazlo si quieres.
Hazlo y será más fácil. 
Hazlo y todo esto
no habrá pasado.

Pero no quiero.
No pienses que quiero.
Sólo no sé.
No sé aceptar
que no te quieres ir.

Desnudo mis verdades.
Tus ojos miran al suelo,
pero no cambia tu expresión.
Nada cambia.
Quizás no es nada nuevo,
quizás ya las conocías.

Me miras,
no te escapas.
No es nada nuevo,
ya habías decidido quedarte.

No entiendo...
Lágrimas.
Aprietas.
Estoy segura.
No entiendo nada,
pero estoy segura.

No te vas.
Es hora de acostumbrarme
a verte permanecer.

viernes, 4 de septiembre de 2020

Movimientos.

Sonríeme.

Sabes que me encanta.

Por eso te miro todo el tiempo,
a ver si así no me pierdo
la fugacidad con la que asoman
tus sonrisas.

Sonríes como un niño
a punto de hacer 
alguna travesura.

Y guiñas el ojo izquierdo
para afinar la puntería,
mientras en tu mente te aseguras
de que vas a volver a ganar.

Disimulas cuando vas a hacer algo
que no tiene ninguna lógica.
No quieres que te vea
saliéndote de lo que tiene un sentido.
Así que te haces el cuerdo
para hacer un poco el loco.

Mueves mucho las piernas
cuando te pones nervioso
porque algo no está saliendo
como planeabas.
Y yo intento cambiar de argumento
para darte calma,
hasta que veo como te quedas quieto
y vuelves a sonreírme.

Y juro que cuando veo esa sonrisa
todo me vale la pena.
Y me siento pequeña
para la marea que se levanta
dentro de mí.

Pero me abrazas,
apretando muy fuerte,
como haces siempre.

Y,
por primera vez en la vida,
dejo de temblar.

miércoles, 26 de agosto de 2020

Me rindo.

Me quiero rendir de una vez.

Yo que nunca soy vencedora

porque siempre me retiro

antes de ganar.

Esta vez me cuesta rendirme.


Pero quiero.

Quiero rendirme

porque no le veo sentido,

porque hay mil razones

por las que podría salir mal.


Porque me comerá tu monotonía,

te asustará mi tormenta,

porque te necesitaré cerca

y tu disparo es de larga distancia.

Siempre seré torpe

en palabras,

acciones 

y piedras.

Y tú no soportas la imperfección.


Sé que nunca seré suficiente,

que nunca me sentiré

suficiente,

que no eres capaz de darme

la seguridad

que te pedí.


Y por eso bajo mi bandera

esperando poder pronunciar

las palabras mágicas:

me rindo.

Y poder

empezar de cero

una vez más.

miércoles, 19 de agosto de 2020

Destino, truco o casualidad.

Me flipa la sensación
de abrir los ojos
y tenerte delante.

De que decidas,
un día más,
entre tanta locura
intentar descifrar la mía.

No sé cómo llegamos hasta aquí
pero me ha encantado cada paso.
Cada miedo
y cada seguridad.

Estoy disfrutando de cada minuto,
porque todo acaba
y no quiero perdérmelo.

Tú no crees en el destino
y yo no creo en las casualidades.
Pero empiezo 
a planificar los resultados
y tú estás dejando
de trucar los dados
y confiando en que el azar
esté de nuestro lado.

Al final me conformo
con que,
destino,
truco
o casualidad,
puedas seguir siendo
lo primero que veo al despertar.

domingo, 2 de agosto de 2020

Buenas noches.

Buenas noches.

Te lo digo en serio.

Tan en serio como los buenos días
y las buenas tardes.

Como todas la veces
que en mi mente deseo
que todo lo que venga para ti
sea bueno,
aunque no te lo diga.

Y sé que lo digo en serio,
precisamente,
porque siento con toda mi alma
que quiero que todo te salga bien
aunque no te salga conmigo.

lunes, 27 de julio de 2020

Créeme.

No te lo crees.

Te lo repito mil y una veces,
y no te lo crees.

Que te tengo cerca
y se me revuelve todo.

Que no puedo controlar
el impulso
de agarrarte la mano
si se roza con la mía.

Me miras
y me dejas sin palabras.

No me importa lo que sea
mienteas sea,
no me preocupa el futuro
si te tengo en presente.

Que me veo a tu lado
y me siento más fuerte.

Que me quiero recorrer el mundo entero
pero,
por ahora,
me llega con el tuyo.

Cincuenta veces he sentido
y contigo todas parecen la primera.
Y no quiero sumar más
si no sumas conmigo.

Joder...
y tú no te lo crees.

Me preguntas,
te respondo,
te sonrío
y te haces el loco.

No me reconozco
pero,
esta vez,
deseo ser esta extraña
hasta conocerme
así.

Te abrazo
y tiemblo
del miedo a que un día
no aprietes.

Que veo putos universos
en lo profundo de tus pupilas
y tú
no
te lo crees.

martes, 14 de julio de 2020

Me quedo.

Siempre fui de irme
y, de repente,
aquí me quedo.

Con las dudas,
los miedos,
los altos,
los bajos,
los días de mierda
y los que no paro de sonreír.

Con la incertidumbre
del futuro
y la seguridad del presente.

Me quedo.

Arriesgando las costuras
a tener que coserme de nuevo.
Pensándolo mucho
para no pensarlo más.

Por alguna razón,
esta vez no huyo.

Y dentro una voz grita
que tenga cuidado.
Que me vaya.
Pero no me responden
los pies
esta vez.

Y,
contra todo pronóstico,
siento
que saldrá bien.

Y que,
en medio del agujero
donde me hundo yo sola,
montaría un puto circo
con tal de hacerte reír.

Con tal de verte
[reír]
conmigo.

Ya ni escribo.

Últimamente no escribo
porque todo iría
en la misma dirección.

Vuelvo a sentir
como si todas mis piezas
volviesen a estar en su lugar.

No me armaste tú.
Me diste seguridad
para poder aceptar
que estaba completamente desarmada.
Y desde ahí,
recomponerme por mí misma.

Años pensando
que yo era el problema,
y llegas tú para hacerme ver
que el único problema
es que siempre fui la solución
(pero no para mí).

Y eso
lo agradeceré
toda la vida.

miércoles, 1 de julio de 2020

Muda.

He hablado
todo este tiempo
de tantos.

Y llevo días
intentando
escribir también
sobre ti,
pero no me sale.

No sé qué decir,
ni cómo,
es indescriptible
lo que quisiera
yo
describir.

Me quedo sin palabras
y contigo.

sábado, 27 de junio de 2020

730.

No dejan de venir recuerdos,
inventándonos
Camalls Mullats en Valencia,
corriendo por la estación en Madrid.

Riéndonos de los Reyes Magos
que cada año son más absurdos...
cada vez que veo un disfraz
de esos muy feos
en las cabalgatas,
me giro a ver si tú también piensas
que es completamente ridículo.
Pero no estás.

Tenías ese don 
para sacar lo bueno
de cada persona.
Dicen que yo también lo tengo,
pero en mi caso no es un don:
yo lo aprendí de ti.

Te contaría si pudiese
que cada vez me agobia más la vida.
No entiendo por qué te fuiste.
No entiendo por qué así.
No entiendo por qué en ese momento.

Y de no entender 
me quedaron heridas
que estoy empezando a sanar.
Alguien me está enseñando a frenar,
a ir con paciencia,
como hacías tú.
Te caería bien.

No me reconocerías
durante estos años.
Me quedé fría cuando escuché
a nuestro amigo llorar al otro lado del teléfono
sin poder articular palabra.
No volví a ser la misma.
No volví a despertar.
Me pongo nerviosa
y ya no soy valiente.
No paro de darle vueltas a todo.
No tengo nada claro.
No me reconocerías.

Me volví distante.
Desde fuera parece lo mismo,
pero dentro subí barreras.
No confío.
No quiero querer.
No quiero sentir.
No quiero volver a perder a alguien
como te perdí a ti.

Perdona,
porque fallé a aquella promesa
de asientos de un tren.
"Recuerda quién eres".
No lo sé aún.
Te prometí averiguarlo
pero me he vuelto algo
mucho menos yo.

Si casi desde siempre fui contigo.
Y hoy no.
Hace 730 días
que no.
Te siento como el primero,
pero ahora
en mi mente
dueles menos
y sonríes más...
así sonrío yo también.



martes, 16 de junio de 2020

III: Autocontrol

Un barco 
en una tormenta
no se hunde porque el agua
le golpee.

Para que un barco se hunda,
el agua,
salvaje,
tiene que entrar dentro.

No siempre es sencillo
mantener el barco a flote.
No es sencillo mantener
el agua fuera.

El agua salpica
y va entrando
por muy fuerte
que sea el barco.

¿Qué puede hacer mi barco
contra tus palabras de sal?

Hundirse o arder.

Siéntate bien que pareces no sé qué.
Otra vez de chándal, podías vestirte un poco más mona.
Qué guapa vas hoy, a saber para quién te pusiste así.
Tus amigas todas andan con chicos...
¿y tú no tienes novio?
Con esos modales a ver quién te quiere.
¿Cómo le dices eso? Va a pensar que estás loca.
Tía, hazte la difícil.
A los tíos no les molan las cosas fáciles.
Si no te lo tiras, no va a seguir quedando contigo.
Ya va siendo hora de que tengas algo serio.
Hace que pasa de ti porque le gustas.
Si se celó es que le importas.
Es un tío, no quiere rayadas ni te va a contar su vida.
Tú que opinas de amor 
si nunca estuviste saliendo con nadie.
Las relaciones son así, 
al final es normal que no tengas tiempo para nada.
Nosotros pensamos así. 
Queremos dos cañas. 
Ya sé que quieres ir, 
pero lo mejor para los dos es que no vayamos. 
Soy su novio. 
La verdad es que estamos muy felices, 
¿no nos ves?

Yo hace tiempo que no soy feliz.
No,
no nos veo.

Lucho por controlar los agujeros.
Que no entre el agua.

O que arda ya el puto barco,
que antes de que me entre agua contaminada,
prefiero quemarlo.
Al menos así, 
el humo advertirá
de la desgracia.
Y que no vuelva a pasar.


II: Autolesión.

No te quiero
más
aquí.
¿Por qué sigues
aquí?

No te he echado.
Cierto.
¿Por qué no te eché?
Si no te quiero aquí.

Tengo miedo.
Mejor quédate.

Ya lo sé.
No es para tanto.
Es una tontería.
Soy una exagerada.

Hoy no me apetece.
He dicho que no me apetece.
Para.

Tienes razón.
Quizás me calma los nervios.
Soy una histérica.

Otra vez lo mismo.
Ha estado bien.

No ha estado bien.
Nunca está bien.
Porque no estoy bien.

Tengo miedo.
No te vayas.
Gracias por verme.

Sí.
Menos mal que me aguantas.
A veces se me va la olla.
Muchas veces, es cierto.
Como dices tú,
ya bastante tienes conmigo.

Hoy me veo guapa.
Me han dicho que parezco fuerte.
¿Soy fuerte?
Soy fuerte.
Quizás no estoy tan loca.
A veces... sólo siento.
Está bien sentir.
Todo lo que siento está bien.
Me voy de aquí.
No me gusta sentirme así.

No te necesito.
¿Y si no encuentro a nadie más?
Igual esto es lo que merezco.
No soy para tanto.
Dijiste que nadie haría por mí
lo que haces tú.
No soy tan importante.
Contigo soy mejor.
Contigo soy.
Sin ti...

Me quitaste
las ganas
de ser.

Ahora sólo soy cobarde.

Tengo miedo.
Abrázame.
Si no tienes nada
más importante
que hacer.

I: Autoengaño.

Pensé
durante mucho tiempo
que necesitaba a alguien
que me completase.

Decía buscar un compañero
sin haberme planteado
una compañera
(aunque fuese
para comprobar
que no la quería)
y sin saber,
siquiera,
que acompañar significa
ir al lado.

Yo no buscaba,
aún queriendo,
un compañero.
Buscaba un príncipe
de cuento.

Del que te salva
sin preguntar si necesitas
ser salvada.
Del que mata por ti,
porque quiere que te quedes
y te cierra las puertas del castillo
para que estés protegida.

Buscaba un príncipe
con el que no me hiciesen falta
cielos claros
porque ya él tenía lo azul.

Compañero.
Permíteme la carcajada.

Eso decía.
Pero buscaba alguien
que me opacara.
Alguien tan increíble
que me hiciese sombra.
Si,
total,
yo no valía tanto.

Un chico guapo,
un... "caballero",
de esos que quedan bien
en el perfil de Instagram.

Buscaba una fecha de aniversario
que poner
en las fotos
para sentir
que era parte de algo.
Para sentir que era de alguien.
Porque no me sentía mía.
Porque no quería ser mía.
Porque no quería
ser
yo.

sábado, 6 de junio de 2020

Ave de borrasca.

No sé querer.

Me cuesta.

Todo el mundo dice
que quiero de más,
y yo sólo siento
que está de más querer
para querer como quiero yo.

Me cuesta.

Me cuesta mucho.

Me convenzo a mí misma
de que quiero que cese la tormenta,
pero soy un ave de borrasca.

Tal vez sea eso.

No sé vivir fuera de la tormenta.

No sé lo que es la calma.
Nunca lo supe.

La calma me abruma.
El silencio me incomoda.
La bondad me asusta.
Lo fácil me hace desconfiar.

Lo siento.

No sé vivir en paz.
Nunca pude.

Y ahora quiero,
pero no sé hacerlo.

Ojalá me acompañes
y me enseñes.
Ojalá no te vayas
mientras aprendo.

Pero tampoco te voy a culpar
si lo haces.

Quién quiere mojarse
si puede ir por el soportal.
Quién quiere nubes...
si hay cielos mucho más azules.

miércoles, 29 de abril de 2020

Sempre con nós.

Nós,
cando marchamos
deste mundo,
non volvemos á terra
porque nunca fomos parte da terra.

Nós pertencemos ao mar,
fundímonos co mar,
convertímonos en salitre.

A nosa forza,
pola que pagamos aluguer ás ondas,
volve a bater con forza contra as rochas
cando volvemos ao mar.
A calma dos nosos ollos
luce de novo nas augas mansas.

Cando nos vamos...
nunca nos vamos de todo.

Sempre que alguén mira ao mar,
as lembranzas daquelas que se foron,
cobran vida ao seguir o rastro da escuma.

Por iso,
aínda que xa partiches,
estarás
sempre con nós.

miércoles, 22 de abril de 2020

Recomponerme.

Estoy
completamente
rota.

No hay más.

Rota.

Ni siquiera es que esté deshecha,
o desordenada,
o descolocada.

No.

Estoy rota.

Y llevo mucho tiempo diciéndome deshecha,
o desordenada,
o descolocada.

Pero estoy rota.
Hace tiempo ya que me rompí
y todos me tratan aún
como si estuviese entera.
Yo también me trato
como si estuviese entera.

Y hoy admito
que no lo estoy.
Me rompí dentro de mi dureza,
supongo que ni siquiera un diamante
es indestructible.

Me creía indestructible.

Me sentí sola
en medio de todos mis pedazos
días
y días.
Tantos que,
aunque los marcase en la pared,
me cansaría antes de acabar de contarlos.

Hoy descubro que estoy rota
porque algo dentro grita,
por primera vez,
que quiere dejar de estarlo.

Dicen que quién soporta
lo peor de ti
es quién merece después
tu mejor versión.
Lo siento
si no estoy sabiendo dártela.

Repito:
estoy completamente rota.

Pero juro que eres la primera persona
en mucho tiempo
que me está haciendo desear
con todas mis fuerzas
recomponerme.

viernes, 17 de abril de 2020

Electrónica básica.

Tengo el corazón apagado.
O fuera de cobertura.
Cubierto de hielo,
hace tiempo que no siento mucho.
Demasiada sangre
para tan poco bombeo.

Siento en el pecho inhibidores de frecuencia
que no dejan a mi sistema funcionar.
Tampoco encuentro motivos
ni verdades.
¿Dónde está la garantía del tiempo perdido?
Que me ha dejado algo rota.

A ver si pongo modo avión
al alma
y despego.


miércoles, 15 de abril de 2020

Quiero.

Quiero abarcarlo todo.

Quiero poder estar aquí
y allí,
y si tal también en el otro lado.

Si me necesitas
quiero estar,
quizás porque no estuve
y se me necesitó...

No soy de tropezar
dos veces
con la misma piedra.

Quiero, quiero, quiero.
Pero no siempre puedo.

Quiero porque siento
que debo.
Pero no quiero ni debo
sentirme así.

¿Y por qué no soy capaz?
Si tengo las ganas
y el tiempo.
Quizás no.
Quizás es lo que me falta:
el tiempo.

O simplemente no sé.
A veces no está mal
eso de no saber.
O no depende de mí.
Sí.
Quizás sea eso.

No todo depende de mí.
Y menos mal.

No tengo superpoderes.
Y menos mal.

viernes, 10 de abril de 2020

Futuro.

No veo la hora
de sentir,
de abrazar,
de entenderte
más de cerca.

Ver el problema
para que desaparezca,
soñar,
crear
universos nuevos
contigo.

Se me acaban
las excusas
y el día.
No sé qué decir.
Tonterías como siempre.

No sé de dónde saliste
ni por qué
no te había visto antes
entre tanta multitud
con lo que brillas.

Pero no veo la hora
de borrar heridas,
de saberme convencida,
de llorar de risa
mientras hablamos
de la infinitud del universo
en cualquier madrugada.

Que veo futuro en ti
y estoy harta del presente.

martes, 7 de abril de 2020

Chabolas.

En medio de la desesperanza
allí todavía reinaba la alegría.

Su universo particular
en el que sólo entrabas
con invitación.

Las risas se entrelazaban
y bromeaban con que
podría ser la última vez
que lo hiciesen.

Todas las personas
se volvían una
en caso
de necesidad.

Protegidas por los espíritus
bailaban todas las melenas
al son de unas palmas
que hacían sonar las arrugas.

Y sonreían
porque no hay mayor regalo
que dejar de cuidar la espalda de una misma
para cuidar la de otro.

Y ese día,
en medio de abril,
sabía de repente a Navidad.

lunes, 6 de abril de 2020

Paráfrasis.

Fuiste la persona
que me enseñó a quererme
porque me quisiste siempre más
de lo que yo era capaz
de quererme a mí misma.

Y aprendí a quererte
hasta que se nos acaben los atardeceres.
Supongo que es nuestro sinónimo
de un para siempre.

Nunca sabes qué decir, 
te dedicas a improvisar,
como cuando no teníamos ni idea
de cómo expresarnos
para decir lo que ambos sabíamos.
Qué jóvenes e ingenuos.
Ahora nos creemos más sabios, 
pero no sé si lo seremos,
o eso dices tú.

Dices que te parece bonito.
A mí también.
No con todas las personas 
fluye el tiempo.
Con ninguna se me olvida su paso,
pero a veces contigo sí.

Siempre hacemos planes de futuro
porque se nos queda pequeño el presente
y nos reímos del pasado.
A ver cuando...
Cuando quieras. 
Siempre cuando quieras.
Aunque pase el tiempo,
aunque haya distancia,
aunque no nos entendamos.
Dices que por encima de eso
siempre estará la luz que compartimos.
Yo también lo creo.

Yo te entiendo,
aunque no te entiendas ni tú
la mitad de las veces.
Si al final por eso te quiero,
porque eres extraordinario.

Pero me enseñaste que hay cosas
que no cambian nunca.
Me dijiste que, 
con paciencia
y tiempo,
algo frágil 
también puede ser eterno.

Y podría hacerte un poema
que saliese de mi puño y letra,
en vez de parafrasearte,
porque siempre me quejo
de que ya no escribes sobre mí.
Pero sería muy mítico
y tú me recuerdas una y otra vez
que no somos de cosas míticas,
que somos más del Rey León 3
que del Rey León original.

Que no es un día especial,
ni nada,
porque eso sería muy mítico,
pero hoy vi el día de tu cumpleaños
en una fecha de caducidad
de un yogur.
Y pensé que hay días que,
desde luego,
sólo están hechos para cosas buenas.
Porque ese día Harry mató a Voldemort
y,
además,
naciste tú.

domingo, 29 de marzo de 2020

Eu.

Son filla do mar 
e irmá do vento.
As ondas do Atlántico
avalan o caos do meu vivir.

Estou acostumada a ser de grises
pois nunca vemos o ceo branco,
pero tampouco negro.
Aprendín a buscar cores
en medio da monotonía
das treboadas.

Así medramos entre silvas
e toxos
que pinchan como agullas
se os tocas,
mais se os observas afloran
alumeando os sendeiros.

Son esa dualidade constante
que nos caracteriza.
A pregunta como resposta,
a retranca do vello
e a lareira acendida.

Todos os camiños
levan a Compostela
e non o podemos evitar.
Cansa xa de explicar
a palabra morriña
a quen non a pode entender.

Os bardos do pobo
seguen cantando,
estea onde estea.
Escoito as queixumes dos pinos
e a alma ergue o puño.

Que aínda que domine 
todas as miles de linguas
que enriquecen este planeta,
cando fale comigo,
cara adentro...
eu sempre serei eu.

miércoles, 25 de marzo de 2020

Punteras.

Hay días en los que se junta todo
y no sabes cómo reaccionar.
Amor y desamor a destiempo.
Todo por tu parte.
Todo de su parte.

Hay días en los que te hace falta
quién ya no está,
ni siquiera,
en este mundo.
Y no siempre es fácil caminar
cojeando.

Hay días tan jodidos...
que necesito abrazarte.
Pero tú ya no eres tú
y yo,
yo te necesito a ti.
Quizás,
los días jodidos
no son tan jodidos.
Pero se junta todo
y qué liada.

Hay días que te comen por dentro,
te reclaman más
y yo ya no sé que más puedo dar.

Hay días que nada me parece suficiente
aunque haya entregado
hasta las entrañas.
Y pienso
¿qué puedo hacer yo
siendo nadie
en este mundo
que me pide que sea alguien?

Hay días que me escuchan cantar
y canto triste.
Aunque no quiera.
Estoy bien.
Al fin y al cabo,
estoy bien.
Pero necesito
sacar mis punteras
y bailar "la última canción".
Y cuando me sostengo en las puntas de mis piés
es que algo no va bien,
aunque todo vaya bien.

Y hoy,
hoy suena el piano.

miércoles, 19 de febrero de 2020

Catarsis.

Suena Andrés,
como siempre,
y me duele el pasado.

No quiero olvidarte
y me come el presente
que estamos construyendo
para no caer en el olvido.

Que llegaste tú
y lo demás no importó.
Se caen de mi boca
todos los nombres
vacíos
con los que intenté
contar historias
que quedaron sin final.

Somos futuro
y no
queremos
verlo.

Acepto el desafío
y vuelvo a caminar despacio,
a tu ritmo,
corto mi vuelo.

Prometí no dejar de volar por nadie
pero me pesan las alas
si te dejo atrás.

Sólo abrázame muy fuerte,
quítame las pesadillas
que suben por mi columna vertebral,
que luego no duermo
al no poder pensar en ti.

Somos caos, 
desastre,
catástrofe
y odisea.

Pero sólo así habrá catarsis.

domingo, 2 de febrero de 2020

Familia.


A Jorge, aunque aún no lo entienda.


Aún no te siento
y ya te noto cerca.
Hasta puedo ver en ti
los mismos ojos azules
que hoy me dan tanta paz.
El día que los abras
espero que no te asustes
de las piedras del camino:
no será fácil,
pero no estarás solo.

Espero también que,
cuando sonrías,
ilumines una galaxia entera
como lo hace ella
al bailar
con la felicidad de un instante.

Ya te veo correr
a contracorriente,
fluyendo la sangre rebelde
de tu historia
por tus venas,
y mirar con la ternura
que refleja un arcoiris
en cada uno de sus colores.

Sabiendo de dónde vienes,
no tengo dudas
de que encontrarás tu sitio
en este caos de madriguera
a la que llamarás hogar.
La selva te protegerá
como lo hizo con ellos
y también conmigo.

No temas al tropezar
pues,
si no hubiésemos tropezado,
mi tinta no escribiría estas letras.
Quizás no siempre encuentres el norte
y no pasa nada.
Quizás no encajes:
brillarás demasiado
para quién acostumbra vivir a oscuras.

No te hemos dejado un mundo
demasiado amable
(y juro que lo intentamos).
Ojalá tú
seas capaz de transformarlo,
lo llevas en el ADN.

A mí
me encontrarás entre los árboles,
cuidando de tu sombra,
sobrevolando tus pasos.
Los míos los acompañarán
cuando me necesites.
Cuando no...
yo vuelo.

Te enseñaré a volar.
Quién te quiere,
a veces,
tiene miedo al desplegar de tus alas.
Pero no te preocupes,
te mostraré que siempre funcionan.

Me gustaría decirte
que seré un hada madrina
de cuento,
de las que conceden un deseo.
Pido disculpas porque,
sin querer,
gasté mi propio deseo.

Pedí amor y,
con tu llegada,
me di cuenta
de que hace tiempo
que estoy rodeada de él.

domingo, 19 de enero de 2020

Estoy bien.

Mi horóscopo dice
que tendré una mala semana
y,
por primera vez,
no le dejo engañarme.

No me gustan los domingos
si no estoy en casa,
me ponen de mal humor
y quiero tirarme en cama
abrazando la almohada.

Sabes que hay veces
que se me cruza el cable
y no estoy para bromas,
que me cuesta poner buena cara
cuando me despierto
con el pie izquierdo.

Pero aunque no tenga el día
y sea domingo
y esté lejos de casa,
por alguna razón
no he parado de reír
desde que me desperté.

Y sé que no es mi día
y no será mi semana
pero me siento bien.
Escucharte me hace bien.
Y mientras tenga eso,
estaré bien.

Mientras te tenga cerca,
estoy tranquila...
vamos a estar bien.

sábado, 11 de enero de 2020

Instantes.


Difícil asumir
que nunca más
en la vida
me volveré a sentir así.

Cada momento
irrepetible
se nubla en mi mente
y da paso a nuevas formas
de ver lo que me rodea.

Habrá nuevas emociones
y el reloj seguirá girando
alrededor de un eje
que tira de mí.

Yo que aún le tengo miedo al tiempo
y no puedo ni pensar en perderlo.

Tal vez mañana
sea diferente
y se despierte algo en mí
que me lleve de vuelta al camino.

Pero hoy sigo aquí,
pensando que sólo hay un ahora
y que nunca voy a volver a sentir
el vértigo de este preciso instante.

viernes, 10 de enero de 2020

Cimientos.

La risa de quién no tiene
nada que perder,
unos buenos días por la tarde.
Un cuaderno lleno de sueños,
los ojos cerrados para despertar.
Me tienden la mano
aquellos con mochilas llenas
y carteras vacías.
Tiene una llamada perdida,
viene de cerca del mar.
Tropiezos que llevan a aciertos,
planes de futuro
que no llegan a más
y acaban siendo parte
de un presente indescriptible.
Confianza ciega
y una vida en mis manos,
abrazos de amor de niña,
complicidad secreta.
En busca de la felicidad
encontramos compañía,
el tiempo es oro
y este momento también.
Cuatro cervezas me echan de menos,
la quinta tendrá que esperar.
Familias que se escogieron
y sangre hecha amistad.
Mi sonrisa si le miro,
su mirada al sonreír,
ser feliz si es que lo es.
Que, al final, tendrás razón:
uno no se puede quejar.